Miro el reloj
y observo el retraso inminente
en la cotidianidad
del que no tiene transporte
y termina dependiendo
del insufrible autobús
para llegar a destinos inciertos.
Por fin aparece
el tan ansiado vehículo
y por momentos
recuerdo a la progenitora
de su amargado chófer
pero luego reflexiono
para terminar asumiendo
que su madre no debe ser la culpable
de semejante irresponsabilidad.
Tomo asiento
haciendo esfuerzos por relajarme
aun con esta salsa erótica
en altísimos decibeles
mientras se va llenando de pasajeros
esta unidad colectiva
que en el fondo
termina siendo privada.
De repente
miro por el espejo retrovisor
y observo tu rostro
cálido
terso
lleno de calma y colorete
mientras que poco a poco
aborda sudoroso
el joven que vende
los ricos y deliciosos chocolates
rellenos de fresa
con una tarjetita de frases cliché
seguido de una señora
que pide una colaboración
para operar a su hijo enfermo
porque un autobús
no le niega a nadie.
sigo detallando tu belleza
a través del espejo
pensando en como podría ser
la dulce voz que de ti salga
o tal vez
como se debe sentir
acariciar tus mejillas
mientras nuestros labios se unen
entonces
sin más ni más
me regalas una mirada
de esas que no empobrecen
ni enriquecen a nadie
pero que para mí
son de gran ayuda
para aplacar esta sensación
de retraso y soledad
que me embarga diariamente.
Inesperadamente
de entre tanto ruido
logro escuchar al fin
esa voz angelical
solo para decir “Parada”
te levantas de tu asiento
mientras yo te detallo
palmo a palmo
y descubro que no solo tu rostro
es lo más bonito que tienes.
Entonces
bajas lentamente
y yo te veo partir apurada
mientras lamento
que en este autobús
esta no sea mi parada.
19/01/2009
A una de tantas anonimas…